Chatarra electrónica
Equipos
electrónicos obsoletos.
La chatarra electrónica, desechos electrónicos o basura tecnológica (en inglés: e-waste o
WEEE) El tratamiento inadecuado de la e-waste puede ocasionar
graves impactos al medio ambiente y poner en riesgo la salud humana.
Definición
De acuerdo a la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
un desecho electrónico es
todo dispositivo alimentado por
la energía eléctrica cuya vida útil
haya culminado.
Problemas ambientales asociados
Un celular móvil, por ejemplo, contiene entre
500 a 1000 compuestos diferentes
Mientras el celular, el monitor y el televisor estén en su casa no generan riesgos de
contaminación. Pero cuando se mezclan con el resto de la basura y se rompen,
esos metales tóxicos se desprenden y pueden resultar mortales, mucho disponen
de algún ordenador en casa y en el trabajo. Aunque la vida útil de estos
equipos se estima en diez años, al cabo de unos tres o cuatro ya han quedado
obsoletos debido a los requerimientos de los nuevos programas y las nuevas
versiones de los sistemas operativos. Este constante desarrollo tecnológico
sumado a la lógica del mercado, genera un permanente recambio de los artefactos
eléctricos y electrónicos que se consumen de manera doméstica. Las nuevas
funcionalidades y modelos de los aparatos; la mayor accesibilidad por la
disminución de los costos y la oferta constante de “la novedad”, hacen que
estos productos se tornen obsoletos con mayor rapidez. Adquirir un nuevo
equipo informático es tan barato que abandonamos o almacenamos un ordenador
cuando todavía no ha llegado al final de su vida útil, para comprar otro nuevo,
desconociendo el enorme coste ecológico que comporta tanto la producción como
el vertido de ordenadores.
Los residuos electrónicos de los equipos
informáticos generan una serie de problemas específicos. Por ejemplo, son tóxicos, debido a que incluyen componentes
tóxicos como el plomo, el mercurio y el cadmio.
También llevan selenio y arsénico, entre otros. Cuando estos compuestos son fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua. Otro problema es que suelen llevarse a los países
del tercer mundo porque es rentable. Allí se convierten en receptores de esta contaminación.
Posibles soluciones
·
Reducir la generación de desechos electrónicos.
·
Donar o vender los equipos electrónicos que todavía funcionen.
·
Donar equipos rotos o viejos a organizaciones que los reparan y
reutilizan con fines sociales.
·
Reciclar los componentes que no puedan repararse. Hay empresas que
acopian y reciclan estos aparatos sin costo para los dueños de los equipos en
desuso.
·
Promover la reducción de sustancias peligrosas que se usan en ciertos
productos electrónicos que se venden en cada país.
·
La responsabilidad extendida del productor en la cual luego de su uso
por los consumidores el propio productor se lleva el producto, esto los impulsa
a mejorar los diseños para que sean más sencillos de reciclar y reutilizar.
·
En algunos países se piensa en todo el ciclo de vida de un producto. Se
multa a la gente que no se comporta responsablemente luego de consumir. Incluso
algunos productos tienen una tasa destinada a resolver la exposición final de
esos materiales.
·
Las propias empresas deberían contar con un sistema de reciclaje de sus
propios productos, así todo el planeta se beneficiaria.
Comprar tirar comprar
Baterías que se 'mueren' a los 18 meses de ser estrenadas, impresoras que
se bloquean al llegar a un número determinado de impresiones, bombillas que se funden
a las mil horas... ¿Por qué, pese a los avances tecnológicos, los productos de
consumo duran cada vez menos?
Rodado en Cataluña (Catalunya) , Francia, Alemania, Estados Unidos y
Ghana, Comprar, tirar, comprar, hace un recorrido por la historia de una
práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un
producto para incrementar su consumo porque, como ya publicaba en 1928 una
influyente revista de publicidad norteamericana, "un artículo que no se
desgasta es una tragedia para los negocios".
El documental, dirigido por Cosima Dannoritzer y coproducido por Televisión Española, es el resultado de tres años de investigación, hace uso de imágenes de archivo poco conocidas; aporta pruebas documentales y muestra las desastrosas consecuencias medioambientales que se derivan de esta práctica. También presenta diversos ejemplos del espíritu de resistencia que está creciendo entre los consumidores y recoge el análisis y la opinión de economistas, diseñadores e intelectuales que proponen vías alternativas para salvar economía y medio ambiente
Una bombilla en el origen de la obsolescencia programada
Edison puso a la venta su primera bombilla en 1881. Duraba 1500 horas. En 1911 un anuncio en prensa española destacaba las bondades de una marca de bombillas con una duración certificada de 2500 horas. Pero, tal y como se revela en el documental, en 1924 un cártel que agrupaba a los principales fabricantes de Europa y Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas a 1000 horas. Este cártel se llamó Phoebus y oficialmente nunca existió pero en Comprar, tirar, comprar se nos muestra el documento que supone el punto de partida de la obsolescencia programada, que se aplica hoy a productos electrónicos de última generación como impresoras o iPods y que se aplicó también en la industria textil con la consiguiente desaparición de las medias a prueba de carreras.
Consumidores rebeldes en la era de Internet
A través de la historia de la caducidad programada, el documental pinta también un fresco de la historia de la Economía de los últimos cien años y aporta un dato interesante: el cambio de actitud en los consumidores gracias al uso de las redes sociales e Internet. El caso de los hermanos Neistat, el del programador informático Vitaly Kiselev o el catalán Marcos López, dan buena cuenta de ello.
África, vertedero electrónico del primer mundo
Este usar y tirar constante tiene graves consecuencias ambientales. Tal y como vemos en este trabajo de investigación, países como Ghana se están convirtiendo en el basurero electrónico del primer mundo. Hasta allí llegan periódicamente cientos de contenedores cargados de residuos bajo la etiqueta de 'material de segunda mano' y el paraguas de una aportación para reducir la brecha digital y acaban ocupando el espacio de los ríos o los campos de juego de los niños.
Más allá de la denuncia, el documental trata de dar visibilidad a emprendedores que ponen en práctica nuevos modelos de negocio y escucha las alternativas propuestas por intelectuales como Serge Latouche, que habla emprender la revolución del 'decrecimiento', la de la reducción del consumo y la producción para liberar tiempo y desarrollar otras forma de riqueza, como la amistad o el conocimiento, que no se agotan al usarlas.
El documental, dirigido por Cosima Dannoritzer y coproducido por Televisión Española, es el resultado de tres años de investigación, hace uso de imágenes de archivo poco conocidas; aporta pruebas documentales y muestra las desastrosas consecuencias medioambientales que se derivan de esta práctica. También presenta diversos ejemplos del espíritu de resistencia que está creciendo entre los consumidores y recoge el análisis y la opinión de economistas, diseñadores e intelectuales que proponen vías alternativas para salvar economía y medio ambiente
Una bombilla en el origen de la obsolescencia programada
Edison puso a la venta su primera bombilla en 1881. Duraba 1500 horas. En 1911 un anuncio en prensa española destacaba las bondades de una marca de bombillas con una duración certificada de 2500 horas. Pero, tal y como se revela en el documental, en 1924 un cártel que agrupaba a los principales fabricantes de Europa y Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas a 1000 horas. Este cártel se llamó Phoebus y oficialmente nunca existió pero en Comprar, tirar, comprar se nos muestra el documento que supone el punto de partida de la obsolescencia programada, que se aplica hoy a productos electrónicos de última generación como impresoras o iPods y que se aplicó también en la industria textil con la consiguiente desaparición de las medias a prueba de carreras.
Consumidores rebeldes en la era de Internet
A través de la historia de la caducidad programada, el documental pinta también un fresco de la historia de la Economía de los últimos cien años y aporta un dato interesante: el cambio de actitud en los consumidores gracias al uso de las redes sociales e Internet. El caso de los hermanos Neistat, el del programador informático Vitaly Kiselev o el catalán Marcos López, dan buena cuenta de ello.
África, vertedero electrónico del primer mundo
Este usar y tirar constante tiene graves consecuencias ambientales. Tal y como vemos en este trabajo de investigación, países como Ghana se están convirtiendo en el basurero electrónico del primer mundo. Hasta allí llegan periódicamente cientos de contenedores cargados de residuos bajo la etiqueta de 'material de segunda mano' y el paraguas de una aportación para reducir la brecha digital y acaban ocupando el espacio de los ríos o los campos de juego de los niños.
Más allá de la denuncia, el documental trata de dar visibilidad a emprendedores que ponen en práctica nuevos modelos de negocio y escucha las alternativas propuestas por intelectuales como Serge Latouche, que habla emprender la revolución del 'decrecimiento', la de la reducción del consumo y la producción para liberar tiempo y desarrollar otras forma de riqueza, como la amistad o el conocimiento, que no se agotan al usarlas.
Procedimiento y problema ambiental
·
El
procedimiento suele ser el siguiente: uno de los aparatos electrónicos de uso
habitual falla. Cuando el dueño en el servicio técnico le dicen que resulta más
rentable comprar uno nuevo que arreglarlo.
·
Por eso normalmente
el usuario suele desechar el producto averiado y comprar uno nuevo el problema
se basa en la gran cantidad de residuos que se originan actualmente al
realizarse este fenómeno una y otra vez, cada día, en todo el mundo.
·
Los residuos
de aparatos eléctricos y electrónicos contienen materiales recuperables que
evitan la explotación de nuevos recursos naturales, y otros que pueden ser
problemáticos de modo q si no se trata adecuadamente pueden resultar dañinos
para el ambiente.
·
Tales
elementos electrónicos contienen materiales como el plástico el polipropileno
las baterías de plomo etc. El plástico es el material más lento para
degradarse: de 100 a 1.000 años. El aire libre pierde tonicidad, se fragmenta y
se dispersa. Enterrado dura más.
·
Una de las partes
muy preocupantes es la relativa a baterías(o acumuladores) de plomo, invento que
remonta a 1889.
Imágenes de desechos
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