jueves, 4 de diciembre de 2014

Vencimiento programado

                                               Vencimiento Programado


  •  ¿Sabes que es la obsolescencia programada?...
 El proceso por el cual se limita la vida útil del producto, de modo tal que tras un periodo de tiempo calculado de antemano por el fabricante de dicho producto, este se torna obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Esta metodología se implemento entre 1920 y 1930 porque las empresas fabricaban sus productos con tan buena calidad que nadie volvía a comprarlos, ya que duraban mucho…

  •   Pero… ¿Con que fin se utiliza?
La elección de fabricar productos que se vuelvan obsoletos de manera predeterminada puede influir enormemente en la decisión de una empresa acerca de su arquitectura interna de producción .De este modo la empresa puede utilizar  sustancias no analizadas para el bienestar humano
Algunos ejemplos de obsolescencia programada están entre nosotros, en nuestra vida cotidiana, como los medicamentos ya que tienen fecha de vencimiento para que se tenga que comprar uno nuevo
Movimientos en contra de la obsolescencia programada


  •   Algunos son:
El activista medio ambiental Mike Anane creó una base de datos con etiquetas y contactos de todas las empresas que mandan los residuos tecnológicos a Ghana, para poder así denunciar a toda estas empresas.
Warner Philips descendiente de la dinastía de los fabricantes de bombillas, creo, después de 100 años la aparición del cartel de la bombilla, un dispositivo led tiene una duración de 35 años.
Los críticos más radicales de la obsolescencia programada sostienen que no basta con reformar los procesos productivos sino que es preciso replantear la economía y nuestros valores. Esta revolución se llama decrecimiento.



Reciclaje

               Reciclaje: código abierto vs obsolescencia programada


El reciclaje se ha convertido en un acto tan cotidiano en nuestras ciudades que ya casi no nos detenemos a pensar en el valor de la capacidad de reparar o de dar un nuevo uso a lo que no sirve. En un tiempo en el que generamos y desechamos todo a velocidad endiablada, creemos que cada vez más procesos urbanos van a orbitar en torno al concepto de reciclaje en sentido amplio.



  •   ¡Sabías que no solo cartones, plásticos, vidrios o pilas son reciclables!
Las ciudades “tontas pero eficientes” se concentran exclusivamente en la recogida selectiva y reprocesado de residuos. Sin embargo, las ciudades inteligentes (afortunadamente casi todas), reciclan y reconfiguran cosas muy variadas:
§  colectivos como “Basurama”, investigan las posibilidades que los desechos urbanos tienen para dar forma a nuevos espacios ciudadanos,
§  iniciativas como “Esto no es un solar” reconfiguran solares vacíos para usos públicos
§  artistas como Ben Wilson convierten pacientemente los chicles pegados en la calle en pequeñas obras de arte, a menudo cargadas de sentido y relacionadas con el entorno y las pequeñas historias de sus habitantes.
El reciclaje tiene, además, un impacto positivo en el hábitat urbano, estimulando en muchos casos la economía local al transferir fondos al entorno urbano cercano que, de otra manera, escaparían al exterior.
  Resistirnos contra la obsolescencia programada es…

Reconfigurar, además, una forma de resistencia inteligente contra la obsolescencia programada. El caso del reciclaje de ordenadores nos da una buena medida de ello. Migrar un ordenador a software libre alarga su vida útil y constituye una excelente terapia contra el envejecimiento prematuro al que las actuaciones de los sistemas operativos propietarios, voraces en recursos de memoria y procesamiento, someten a nuestras máquinas.
Hay también barrios enteros en nuestras ciudades programados para no durar más de unas pocas décadas (un instante en la escala de tiempo de las ciudades). Viviendas construidas en los años 50 con evidentes problemas de habitabilidad y con un prohibitivo rendimiento energético para muchos de sus ocupantes. Sin duda, el parón de la construcción de nuevos barrios y los altos costes energéticos van a favorecer proyectos de rehabilitación de este tipo de edificios. Los marcos de colaboración público-privada que se establecerán para llevarlos adelante serán más sanos que las dinámicas de recalificación-compra-venta-promoción de los “años del ladrillo”. La cualificación de la mano de obra será mayor, lo cual impulsará, a su vez, el reciclaje de obreros de la construcción que nunca tuvieron el incentivo suficiente para adquirir habilidades nuevas.


  •  La obsolescencia prematura de capas de población

La obsolescencia o decadencia programada de los barrios y de los centros de las ciudades no es, por tanto, irreversible, como no lo es la puesta en fuera de juego de amplias capas de población como los “ni-nis”,  los jubilados y pre-jubilados que tienen cada vez más dificultades para asistir este mundo líquido y cambiante.
Al igual que rehabilitar espacios y locales sin uso forma parte de las preocupaciones (y ocupaciones) centrales de un creciente número de arquitectos, cunden los ejemplos de programas de re-alfabetización digital, algunos de ellos realizados gracias a material tecnológico reciclado. El resurgir de la cultura “maker” o “DIY (Do It Yourself)” está trayendo los oficios de vuelta, generando espacios donde el conocimiento de los prematuramente excluidos del mundo laboral puedan ponerse a disposición de los que aprenden por primera vez. En algunas ocasiones, estos espacios de “rejuvenecimiento” son viejas fábricas reconvertidas en centros de innovación, en una curiosa reversión contemporánea del proceso “del taller de reparación a la industria de fabricación” que Jane Jacobs considera como uno de los motores de la economía urbana. Si esto es cierto, es decir, si de los talleres actuales crecerán las manufacturas del futuro, sean cuales sean, podemos augurar un buen porvenir en nuestra era digital a un puñado creciente de ciudades-taller. Aunque solo sea porque, en ellas, sus gentes, barrios, edificios y objetos, parezcan empeñados en seguir resistiendo.



Ciclo de reciclaje



       
Proyecto de la facultad de Informática UNLP e-basura

Webgrafía: Wikipedía, Documental “Comprar  tirar  comprar”, Reciclaje de Daniel Sarza.

Investigación: Camila,  Adrian, Guillermo.
Gráficos: Cristian, Guillermo.
Redacción: Nehuén, Adrian, Camila

Edición: Nehuén, Cristian.

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