- ¿Sabes que es la obsolescencia programada?...
El proceso por el cual se limita la vida útil
del producto, de modo tal que tras un periodo de tiempo calculado de antemano
por el fabricante de dicho producto, este se torna obsoleto, no funcional,
inútil o inservible.
Esta metodología se implemento
entre 1920 y 1930 porque las empresas fabricaban sus productos con tan buena
calidad que nadie volvía a comprarlos, ya que duraban mucho…
- Pero… ¿Con que fin se utiliza?
La elección de fabricar productos
que se vuelvan obsoletos de manera predeterminada puede influir enormemente en
la decisión de una empresa acerca de su arquitectura interna de producción .De
este modo la empresa puede utilizar
sustancias no analizadas para el bienestar humano
Algunos ejemplos de obsolescencia
programada están entre nosotros, en nuestra vida cotidiana, como los
medicamentos ya que tienen fecha de vencimiento para que se tenga que comprar
uno nuevo
Movimientos en contra de la
obsolescencia programada
El activista medio ambiental Mike
Anane creó una base de datos con etiquetas y contactos de todas las empresas
que mandan los residuos tecnológicos a Ghana, para poder así denunciar a toda
estas empresas.
Warner Philips descendiente de la
dinastía de los fabricantes de bombillas, creo, después de 100 años la
aparición del cartel de la bombilla, un dispositivo led tiene una duración de
35 años.
Los críticos más radicales de la
obsolescencia programada sostienen que no basta con reformar los procesos
productivos sino que es preciso replantear la economía y nuestros valores. Esta
revolución se llama decrecimiento.
Reciclaje
Reciclaje:
código abierto vs obsolescencia programada
El
reciclaje se ha convertido en un acto tan cotidiano en nuestras ciudades que ya
casi no nos detenemos a pensar en el valor de la capacidad de reparar o de dar
un nuevo uso a lo que no sirve. En un tiempo en el que generamos y desechamos
todo a velocidad endiablada, creemos que cada vez más procesos urbanos van a
orbitar en torno al concepto de reciclaje en sentido amplio.
- ¡Sabías que no solo cartones, plásticos, vidrios o pilas son reciclables!
§ colectivos como “Basurama”, investigan las posibilidades que los desechos urbanos tienen
para dar forma a nuevos espacios ciudadanos,
§ artistas como Ben
Wilson convierten pacientemente los chicles pegados en la calle en
pequeñas obras de arte, a menudo cargadas de sentido y relacionadas con el
entorno y las pequeñas historias de sus habitantes.
El reciclaje tiene, además, un impacto positivo en el hábitat
urbano, estimulando en muchos casos la economía local al transferir fondos al
entorno urbano cercano que, de otra manera, escaparían al exterior.
Resistirnos contra la obsolescencia programada es…
Hay también barrios enteros en nuestras ciudades programados para no durar más de unas pocas décadas (un instante en la escala de tiempo de las ciudades). Viviendas construidas en los años 50 con evidentes problemas de habitabilidad y con un prohibitivo rendimiento energético para muchos de sus ocupantes. Sin duda, el parón de la construcción de nuevos barrios y los altos costes energéticos van a favorecer proyectos de rehabilitación de este tipo de edificios. Los marcos de colaboración público-privada que se establecerán para llevarlos adelante serán más sanos que las dinámicas de recalificación-compra-venta-promoción de los “años del ladrillo”. La cualificación de la mano de obra será mayor, lo cual impulsará, a su vez, el reciclaje de obreros de la construcción que nunca tuvieron el incentivo suficiente para adquirir habilidades nuevas.
- La obsolescencia prematura de capas de población
La obsolescencia o decadencia programada de los
barrios y de los centros de las ciudades no es, por tanto, irreversible, como
no lo es la puesta en fuera de juego de amplias capas de población como los “ni-nis”, los jubilados y pre-jubilados que tienen cada
vez más dificultades para asistir este mundo líquido y cambiante.
Al igual que rehabilitar espacios y locales sin uso
forma parte de las preocupaciones (y ocupaciones) centrales de un creciente
número de arquitectos, cunden los ejemplos de programas de re-alfabetización
digital, algunos de ellos realizados gracias a material tecnológico
reciclado. El resurgir de la
cultura “maker” o “DIY (Do It Yourself)” está trayendo los
oficios de vuelta, generando espacios donde el conocimiento de los
prematuramente excluidos del mundo laboral puedan ponerse a disposición de los
que aprenden por primera vez. En algunas ocasiones, estos espacios de
“rejuvenecimiento” son viejas fábricas reconvertidas en centros de
innovación, en una curiosa reversión contemporánea del proceso “del taller de
reparación a la industria de fabricación” que Jane Jacobs considera como uno de
los motores de la economía urbana. Si esto es cierto, es decir, si de los
talleres actuales crecerán las manufacturas del futuro, sean cuales sean,
podemos augurar un buen porvenir en nuestra era digital a un puñado creciente
de ciudades-taller. Aunque
solo sea porque, en ellas, sus gentes, barrios, edificios y objetos, parezcan
empeñados en seguir resistiendo.
Ciclo de reciclaje
Webgrafía: Wikipedía,
Documental “Comprar tirar comprar”, Reciclaje de Daniel Sarza.
Investigación: Camila,
Adrian, Guillermo.
Gráficos: Cristian, Guillermo.
Redacción: Nehuén, Adrian, Camila
Edición: Nehuén, Cristian.
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ResponderEliminarMuy interesante los aportes realizados.Adelante!!!!!!!
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